El descubrimiento del sepulcro del apóstol atrajo peregrinos, por lo que se fundaron los hospitales de Santiago y San Lázaro antes del paso del río Burbia, y el lugar se pobló con un considerable número de francos, de donde probablemente provenga su nombre, y con una comunidad de monjes cluniacenses. Más tarde las disputas entre reyes, nobles y el arzobispado compostelano, de quine llegó a depenpender, marcaron buena parte de su historia medieval.
A finales del siglo XV se creó el marquesado de Villafranca, época en la que se construyó el castillo-palacio fortificado, que destaca por sus macizos torreones laterales, y se inició una frenética actividad cultural y artística.
Sufrió terribles saqueos durante la invasión napoleónica debido a su importancia estratégica, y en 1822 fue designada capital de la efímera provincia del Bierzo.
Hoy en día en los meses estivales, se puede palpar la tensión de los peregrinos, esperando ansiosos la entrada a Galicia por la mítica subida al Cebreiro.
Sólo os muestro la fachada del actual Parador de Villafranca, así os asombrarán más sus monumentos y sus montañas.
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