lunes, 25 de octubre de 2010

Las Vieiras

El día que la barca con los restos del Apóstol llegó a Galicia, se celebraba en aquel lugar una boda.

Cuando la comitiva se dirigía hacia el templo pagano donde se iba a celebrar el evento, vieron una embarcación a la deriva que era azotada por el mar en medio de un fuerte temporal. Aunque ellos no lo sabían, era la barca en la que viajaban los restos del Apóstol junto a sus discípulos. Sin pensarlo dos veces, el novio, montado en su caballo, se aventuró en auxilio de aquellos desdichados que iban en la barca. Pero una gran ola lo arrastró mar adentro y él, creyendo que aquel era su fin, rogó al cielo que lo ayudara a salir de allí. De repente, el mar se volvió en calma y sintió una extraña fuerza que tiraba de él, llevándolo a tierra al mismo tiempo que a la barca. El joven y su caballo aparecieron cubiertos de vieiras, como prueba de que había sucedido un milagro propiciado por los restos de aquel cuerpo que viajaba en la nave. El Apóstol lo había ayudado a salir.

Las vieiras son moluscos que abundan en la costa gallega, cuyas conchas, que reciben el nombre de veneras, aparecen representadas en varias ocasiones en la catedral. Pronto se convertirán también en el símbolo de los peregrinos de Compostela, que empezaron a llevarlas colgadas de su ropa o su sombrero, como prueba de haber alcanzado su meta. Aunque muchos las recogían personalmente en la costa, no tardaron en comercializarse y fabricarse artesanalmente, agrupándose los vendedores en el barrio por donde llegaba el Camino, que fue llamado Concheiros.

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