jueves, 8 de agosto de 2013

Mustallar. 1935m. Cima de Lugo. Sierra de los Ancares.

Plano de la ruta
Martes 23 de Julio de 2013. POR FIN!!!!. A la quinta fué la vencida. Cuando se me mete algo en la cabeza, cueste lo que cueste, tarde lo que tarde... acabo con mis pequeños objetivos. No es que sea una cima ni alta ni técnica, pero cuando las diversas situaciones te dicen que no puedes, no puedes. La montaña te pone en tu sitio, no eres tú quien decide cuando hacer cima, es la montaña la que te deja o no. Recuerdo unas palabras de Edurne Pasabán, que decía que ella sólo comenzaba una jornada de montaña cuando tenía todas las probabilidades de éxito, el 100%, ya que siempre había cosillas que no salían como uno espera (que haya alguien del equipo que no esté a tope, la climatología variable en la montaña...). Pues esto es lo que me ha pasado con el Mustallar. Por una u otra cosa no me dejaba llegar o incluso iniciar la ruta.

Voy a contar brevemente mi particular aventura con esta cima, que me ha hecho apreciar más aún la montaña, y además, querer de una manera especial a esta sierra tan gallega, leonesa, como asturiana.

La primera intentona fue en febrero del 2011, después de un paseo por la Ruta del Cares, al volver para casa, hicimos una parada en Ancares. Ya salimos de Picos de Europa con una ligera nevada. Después de un invierno seco, programar unos días para esta salida, y nos toca la entrada de la única borrasca que entra por el Atlántico que trae nieve en la zona en todo el año... No pudimos ni siquiera llegar con el coche al puerto de Ancares. Ni siquiera con las cadenas del coche, había mucho espesor. Lo único bueno es que hicimos un paseo por la parte del Valle de Ancares nevando, fué uno de los paseos mas chulos que recuerdo.

Mustallar desde el Penalonga
A los dos meses, abril de 2011, volvimos a intentarlo. Esta vez, sí llegamos al puerto, el tiempo era perfecto, había algunos neveros dispersos por la zona, y emprendimos la marcha. Todo perfecto, el recorrido es corto, son sólo 6 km hasta la cima, con lo cual ida y vuelta 12 km. Hay un desnivel acumulado de 1406 m, por lo que hay que tomárselo con calma. Al llegar al Cuiña 1998 m, cima de la sierra de Ancares, se puede subir directamente, o rodearlo para ahorrarnos la subida. Como nos cogió de "novatos" en la zona, lo subimos directamente. La subida es fácil, pero hay que subirla. La bajada es campo a través, y con el monte bajo que hay, se hace cansino. La subida al Penalonga 1898 m, es por un sendero estrecho, pero bien marcado. No teníamos el día, llegamos a la cima del Penalonga, demasiado tarde para nuestro gusto, 14:45, y con un cansancio que no era normal, (no teníamos el día). Miramos el desnivel de bajada, y la subida final al Mustallar, nos miramos, y no faltó más para saber que por ese día ya teníamos terminada la ruta. "Sólo" faltaba regresar. En ese momento ya sabía que el Mustallar se me iba a resistir, pero no sabía que tanto...

A finales de octubre de ese mismo año, 2011, lo volví a intentar yo sólo. Como en esa época del año sólo hay un establecimiento en la zona abierto donde alojarse, y está a media hora de coche, decidí dormir en el refugio del Puerto. Este refugio está a unos 300 metros del Puerto de Ancares, donde se dejan los coches. Cuando llegué con el coche, el tiempo parecía perfecto, el cielo estaba perfectamente limpio, la temperatura ideal. Al poco tiempo, llegó una caravana de una pareja de vascos, que tenían la intención de realizar la misma ruta que yo. Ellos se quedaron lógicamente durmiendo en la esplanada del puerto, en la caravana. Yo cogí los bártulos y me fuí al refugio. No dormí bien, ya que por la noche se levantó un fuerte viento, que hacía golpear la
contraventana de madera que hay en el refugio. La alcayata donde se cierra la está floja. Así que de vez en cuando me despertaba con los golpes de la ventana. Al levantarme para echar una meadita, me dí cuenta que ese viento traía una espesa niebla. Así que ya me mentalizaba para lo que fuera, estaba visto que se estaba haciendo de rogar ese itinerario. Me levanté temprano, y lógicamente estaba todo cubierto por una densa niebla. Con lo cual, desayuné tranquilo, y fui llevando las cosas al coche. A parte de la densa niebla, hacía un viento fuerte, bastante molesto. En esas condiciones lo mas coherente, era aunque me costase hacerlo, desistir. La pareja de vascos, que estaba en la caravana, tenía la misma opinión, no arriesgar, y esperaría intentarlo al día siguiente. Yo en cambio, como tenía los días contados, me fui a casa de mi hermana en León a descansar. Lo peor fue que ni un kilómetro mas abajo, ya no había niebla, estaba toda la niebla concentrada en la zona de las cumbres.

En marzo del 2012 lo volví a intentar. Esa semana hubo unas buenas nevadas en la zona, así que me fuí equipado hasta los dientes. Esa vez dormí en el

coche, con saco de dormir. La verdad es que dormí mucho mejor que en el refugio, sin despertarme el maldito ventanuco. Recuerdo que sudaba como un pollo, ya que estaba a 5ºC, y yo estaba con un saco preparado para estar bien a 0ºC, y si sacaba el brazo fuera, se me quedaba congelado. Así que tempranito, me preparé, me equipé bien y empecé la ruta. Al llegar al refugio del puerto, me desorienté bastante con la nieve, que lo tapaba todo, empecé a buscar el caminito correcto, pero todo en vano. Estaba desorientado en unos 200 metros, hudiendome en una nieve polvo agotadora. Al cabo de unas dos horas, ví a lo lejos los primeros montañeros que llegaban porla zona. Estos fueron los que me hicieron dar cuenta de que estaba por la zona incorrecta. Así que fuí poco a poco corrigiendo mi posición, al final todo iva bien, excepto un detalle, estaba agotado, y estaba pisando sobre una nieve incomodísima de andar, de echo cuando llegué al coche, comprobé que estábamos a 25ºC. Mucho cambio de temperatura. De esa vez, no llegué ni al Cuiña, me dí media vuelta y al coche.

Después de cuatro veces, decidí no obsesionarme con esta cima, la dejé aparcada durante un tiempo, hasta que a finales del mes de Julio de este año, 2013, lo conseguí.

Tenía que ser con Antonio. Es como un talismán. Trasmite tranquilidad, buen
Cima del Mustallar
humor, sabe disfrutar siempre de todo lo que le rodea, y es un estupendo compañero de hazañas. Aunque como me dice él, "yo voy a donde haga falta siempre que sea andando, nunca con cuerdas ni a gatas". De esta vez, como era en Julio, estaban todos los alojamientos abiertos. Nos alojamos en Pereda de Ancares, en una casa preciosa, una habitación acogedora impresionante. Un lugar con mucho encanto. Al llegar al Cuiña, lo rodeamos, para no agotarnos demasiado, encontramos niebla, pero se veía el sendero. Llegamos a la cima del Penalonga y como por arte de magia, mientras hacíamos unas fotillos, fué despejandose la niebla, y pasando a estar un día espectacular. Desde allí sólo nos faltaba bajarlo y la subida final al Mustallar. No sabéis como lo estaba gozando, y eso que la cuestecita se las trae. 

Penalonga y Cuiña desde Mustallar

Rebecos
Os dejo unas cuantas fotos de las diversas intentonas, espero que las disfrutéis. Hasta parecía que la fauna nos estaba esperando para hacerles las fotos, una gozada.



Buitre leonado
Cabras Montesas